lunes, 17 de abril de 2017
ESQUELETO: Generalidades
ESQUELETO
Generalidades
El esqueleto de la anatomía humana está formado por 206
huesos, la mitad de los cuales se encuentran en las manos y en los pies. La
mayoría de los huesos están conectados a otros huesos en las articulaciones
flexibles que permiten la gran movilidad y flexibilidad del cuerpo humano.
Solamente hay un hueso, el hioides, que no está conectado directamente con otro
hueso a través de una articulación. La mayor parte de los huesos, con excepción
de los de cráneo, son inicialmente cartílago y a medida que el recién nacido va
creciendo se van osificando.
DIVISIÓN DEL ESQUELETO
Esqueleto axial: Son los huesos que se encuentran a lo largo del axis
central del cuerpo, incluyen el cráneo, el cuello y el tronco.
1) Cráneo: formado por 7 huesos fundamentales; el frontal,
parietales, temporales, occipital, nasal, maxilar superior e inferior.
2) Cuello: 7 vértebras cervicales
3) Tronco: se divide en dos partes; el tórax, formado por esternón,
12 costillas y 12 vértebras dorsales; y el abdomen, formada por 5 vértebras
lumbares, 5 sacras (sacro), 3 o 4 coccígeas (cóccix).
Esqueleto apendicular: Incluyen los huesos que se articular con el esqueleto
axial y forman los miembros superiores e inferiores. Los miembros están unidos
al esqueleto axial por medio de cinturas (conjunto de huesos que unen los
brazos o las piernas al esqueleto axial).
1) miembro superior: formado por la cintura escapular (omoplato y clavícula),
brazo (humero), antebrazo (radio y cubito) y la mano (carpo, metacarpo y
falanges)
2) Miembro inferior: formado por la cintura pélvica (iliaco, sacro y cóccix),
el muslo (fémur), la pierna (tibia y peroné) y el pie tarso, metatarso y
falanges).
OSIFICACIÓN
OSIFICACIÓN
La
histogénesis del hueso se realiza a través de dos procesos: la osificación
intramembranosa y la osificación endocondral. Ambos procesos producen un hueso
histológicamente idéntico. La histogénesis del hueso se acompaña de la
resorción ósea. La combinación de la formación y resorción óseas, conocidas en
conjunto como remodelación, se da a lo largo de toda la vida, aunque es más
lenta en el hueso secundario que en el hueso primario.
La osificación puede comenzar en centros de osificación primarios, que se forman en la décimo segunda semana de vida intrauterina, o secundarios, que surgen en el feto a nivel perinatal.
La osificación puede comenzar en centros de osificación primarios, que se forman en la décimo segunda semana de vida intrauterina, o secundarios, que surgen en el feto a nivel perinatal.
Osificación Intramembranosa o
directa: proceso por el cual se forma la mayor parte de
los huesos planos y corresponde a la formación de tejido óseo a partir del mesénquima
fetal. En la zona donde se va a formar hueso, centro de osificación primaria,
las células mesenquimáticas estrelladas se diferencian a células
osteoprogenitoras que proliferan, aumentando en número, y además se diferencian
a osteosteoblastos iniciando la síntesis y secreción del osteoide que luego se
mineraliza y forma pequeñas espículas rodeadas de osteoblastos que añaden más
matriz ósea aumentando el grosor de las mismas. Este mecanismo define el
crecimiento del hueso por aposición. Al avanzar la osificación, los
osteoblastos quedan rodeados de matriz (osteocitos) y las espículas se fusionan
originando trabéculas óseas que luego son invadidas por vasos sanguíneos y
células mesenquimáticas que se diferencian a médula ósea, originando el hueso
esponjoso. El tejido mesenquimático que queda en contacto con este osteoide en
formación se diferencia para formar externamente periostio e internamente el
endostio.
Osificación Endocondral o
indirecta: proceso que caracteriza a los huesos largos y
base de cráneo correspondiente a la formación de tejido óseo a partir de un
modelo previo y a escala de cartílago hialino a partir del mesénquima, e
implica el desarrollo de centros de osificación primarios y secundarios. Una
vez establecido el modelo cartilaginoso, este aumenta de tamaño por crecimiento
intersticial y aposicional. En el pericondrio que rodea la zona media del
modelo, futura diáfisis, las células se diferencian a osteoprogenitoras lo que
define está cubierta en adelante como periostio. Las células activadas forman
osteoblastos que comienzan a sintetizar y secretar matriz ósea constituyendo un
manguito o collar óseo subperióstico alrededor del modelo y del que depende el
crecimiento en grosor del hueso largo.
Los
condrocitos en la cercanía del hueso se hipertrofian y la matriz cartilaginosa
se calcifica razón por la cual se dificulta la difusión de nutrientes causando la
muerte de los condrocitos, permaneciendo solo un armazón cartilaginoso. Algunas
células perióticas migran junto con brotes vasculares que invaden la cavidad en
el modelo. Allí se diferencian a osteoblastos e inician la síntesis y depósito
de osteoide sobre la matriz cartilaginosa formándose espículas mixtas. Histológicamente
se reconocen por la mezcla entre la basofilia del cartílago y la acidofilia del
osteoide depositado sobre. Las espículas crecen por aposición de más osteoide o
bien sufren resorción a medida que se forman nuevas espículas. Conforme se
agranda la cavidad medular en la diáfisis, se pueden reconocer distintas zonas
en el cartílago de cada extremo del molde, las epífisis. Allí aparecen los
centro de osificación secundaria que permite el reconocimiento del cartílago
hialino articular y el cartílago epifisiario. El mecanismo por el cual crecen
los huesos largos depende de la presencia de cartílago en sus epífisis durante
todo el periodo de crecimiento.
Se definen zonas con características especiales a lo largo del cartilago epifisiario:
Zona de reposo: tejido cartilaginoso con distribución normal.
Zona de proliferación: Condrocitos entran en mitosis y comienzan a proliferar.
Zona de hipertrofia: Condrocitos aumentan de tamaño y sintetizan abundante matriz cartilaginosa.
Zona de calcificación: Matriz cartilaginosa calcificada y los condrocitos entran en proceso de apoptosis.
Zona de osificación: Osteoblastos inician depósito de matriz ósea sobre la matriz cartilginosa calcificada.
Se definen zonas con características especiales a lo largo del cartilago epifisiario:
Zona de reposo: tejido cartilaginoso con distribución normal.
Zona de proliferación: Condrocitos entran en mitosis y comienzan a proliferar.
Zona de hipertrofia: Condrocitos aumentan de tamaño y sintetizan abundante matriz cartilaginosa.
Zona de calcificación: Matriz cartilaginosa calcificada y los condrocitos entran en proceso de apoptosis.
Zona de osificación: Osteoblastos inician depósito de matriz ósea sobre la matriz cartilginosa calcificada.
LEYES DE SERRES
LEYES DE SERRES.
Simetría:
“Todo hueso que ocupa la línea media es primitivamente doble”, o sea dos mitades laterales que al aproximarse
paulatinamente en el curso de desarrollo, terminan por confundirse en una sola
pieza. Ejemplo: frontal, maxilar inferior excepto vertebras.
Eminencia:
“Toda protuberancia se desarrolla a partir de un punto de osificación
particular o propio”. Ejemplo: trocante mayor, acromion troquin, etc.; con
excepción de la apófisis mastoidea, cigomático, protuberancia occipital
externa, etc.
Cavidades:
“Toda cavidad está formada por la reunión de muchas piezas óseas”. Ejemplo
cavidad glenoidea, cavidad cotiloidea del hueso coxal, con excepción de
conducto dentario inferior, el auditivo interno, el carotideo.
AGUJEROS NUTRICIOS
AGUJEROS NUTRICIOS
Estos
se dividen en 4 órdenes según sus
dimensiones:
Agujeros
de primer orden son los mayores y se hallan exclusivamente en la diáfisis de
los huesos largos y en algunos huesos anchos, casi siempre son oblicuos y dan
pasos a arterias nutricias, acompañado a veces de un filete nervioso.
Agujeros
de segundo orden se encuentran en las epífisis de los huesos largos, en los
bordes de los anchos y en las caras no articulares de los cortos. Su número es
considerable, sirven principalmente para dar paso a las venas.
Agujeros
de tercer orden, mucho más pequeño que los anteriores aparecen indistintamente
en toda la superficie del hueso que reviste el periostio, se cuentan por
término medio de 40 a 50 por milímetro cuadrado y constituyen el punto de
origen de un sistemas de conductos que estudiaremos más adelante, al hablar de
la estructura de los huesos, con el nombre del conducto de Havers.
Agujeros
del cuarto orden a la vez son muchos más pequeños y numerosos que los de tercer
orden y representan los orificios de los
conductillos óseos, lo cuales proceden de los osteoplastos y no contienen
capilares.
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